En México hay realmente sólo dos clases de personas ante la ley: ciudadanos y políticos. Cuando un ciudadano roba es apresado y consignado, por lo que permanece en la cárcel hasta que demuestre inocencia o cumple su condena, pero para los políticos es exactamente al revés.
Gracias al fuero, según los artículos 109, 110 y 111 de la Constitución, para proceder penalmente contra un político en funciones o “con licencia”, se debe iniciar un Juicio Político.
Lo cual implica que la Cámara de Diputados debe convocar al Juicio de Procedencia, donde los diputados se vuelven fiscales y el senado se convierte en el jurado.
Si llegara a pasar que el Senado sí declarara culpable al mencionado político, con esto, sólo se lograría que la resolución pasara al congreso local y entonces, éste declarara el desafuero.
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Hasta ese momento, hasta que el político esté desaforado, es cuando pueden hacer efectiva la orden de aprensión, antes de esto es un ser “intocable” para la ley.
El complicado proceso para desaforar a un político es largo y tortuoso, puede implicar meses de idas y vueltas de escritos y actas.
Mientras tanto, el inculpado está rodeado de abogados colmilludos, obviamente pagados con el dinero que nos robó, para usar todas las artimañas legales y pasar de amparo en amparo, hasta el fin de los tiempos.
El fuero a los políticos es algo que debe desaparecer en una país donde deseemos que realmente prevalezca la ley y se acabe la corrupción.
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LOS POLÍTICOS NO DEBERÍAN SER LA EXCEPCIÓN A LA REGLA, SINO EL EJEMPLO
Al servir al pueblo y manejar recursos públicos, deberían ser quienes más paguen por el mal uso de los mismos, por lo que en lugar de estar protegidos, deberían estar expuestos a que la ley les aplicara con mayor dureza que a cualquier ciudadano.
ES MOMENTO DE ACABAR CON EL FUERO
Con informacion de Milenio y davidcontragoliat
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Nuestra inteligente policía, detiene a peligrosa mujer de la tercera edad por vender dulces, es sumamente importante difundir este material.
