Volveré por ti, le dijo su hijo y lo abandonó en una plaza en Sonora; aún lo espera

- Si es de tu interés este artículo, apoyanos compartiendo en tus redes sociales favoritas y de esa manera también incentivando a tus amigos que crees les pueda interesar a que nos lean.

Volveré por ti, le dijo su hijo y lo abandonó en una plaza en Sonora; aún lo espera

Foto de Internet

Para Don José el tiempo se ha detenido, deambula por las calles y pepena entre la basura desde hace más de un año, cuando su hijo lo llevó al parque Luis Donaldo Colosio en Nogales, Sonora, antes de marcharse a Estados Unidos.

 En ese lugar le dijo, ‘espérame aquí, un día volveré por ti’. 

 Desde aquella tarde las farolas del parque iluminan las esperanzas de Don José. 

Todos los días al caer la noche, después de caminar por las calles circundantes y ganarse algunas monedas ayudando a recoger la basura en los comercios, regresa a la misma banca del parque donde su hijo se despidió.




Anuncios 

  Su hijo, relata Don José, se llama Ernesto Alonso y tiene 21 años de edad. Antes de cruzar la frontera y prometerle que volvería decidió vender la casa donde vivían en la colonia Héroes.

 Leer más: #19S. Vecinos del Multifamiliar de Tlalpan conmemoraron a las víctimas del sismo “Ha de tener mucho jale el pobrecito” menciona Don José, como intentando dar sentido a la larga espera.

 Los vendedores del lugar ven con lastima a Don José, dicen que es como si las manecillas del tiempo en el reloj de su vida se hubieran detenido desde el momento en que su hijo se fue y le aseguró volver. 

 La nostalgia lo ha hecho amigo de varias personas, quienes le tienen gran consideración. 

Uno de ellos, Javier Armando García Olmos, líder de una organización civil llamada Movimiento Social Nogales 631, suele acompañarlo, cuando le es posible.

 Anuncios
“Creo que tiene más edad de la que dice y que el tiempo no ha pasado desde que llegó, no es un vago, está triste, los trabajadores tiene la consigna de darle comida todos los días, y a cambio recoge lo que la gente tira en la plaza, así la paga, no come gratis, es muy digno”, expresa Javier. 

Don José dice que gracias a Dios no se ha enfermado, ni le ha pasado nada malo por vivir en la calle, toda la gente se porta bien con él.

 En la Plaza Luis Donaldo Colosio, ha resistido nevadas, ondas de calor y tempestades. Recostado en la banca donde noche a noche espera, a Don José le ruedan las lágrimas, su mirada, absorta, revela una esperanza profunda, la de que un día mirará la figura de su hijo caminando hacia él, ‘de aquí no me puedo ir, porque si mi hijo regresa no me encontrará’.


Con información de  El Universal.

 Anuncios