La Cámara como refugio de delincuentes

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La Cámara como refugio de delincuentes
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El penoso evento que protagonizó el señor Antonio Tarín, priista chihuahuense, al refugiarse en la Cámara de Diputados para evadir la acción de la justicia, dice mucho de lo que piensa nuestra clase política acerca de lo que les representa el edificio que alberga ese Poder Legislativo: es una guarida, una cueva, una casa de seguridad en la que se está a salvo después de cometer cualquier fechoría. 

Esta concepción que tienen los propios legisladores y quienes aspiran a serlo no dista mucho de lo que piensa el grueso de la población: ese lugar es el refugio del delito. Todavía está en la memoria pública el vergonzoso caso de César Godoy, medio hermano del entonces gobernador de Michoacán, que a pesar de los señalamientos que lo vinculaban con el crimen organizado fue metido al recinto legislativo en la cajuela del coche del entonces diputado Alejandro Encinas.

 A tomar protesta lo acompañó, orgullosamente como se puede ver en las fotos de ese día, el ahora gobernador de Coahuila, Rubén Moreira. Imágenes de la vergüenza nacional que siguen vigentes. Godoy se fugó horas después para no volver a aparecer jamás.



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 El señor Tarín corrió a la Cámara de Diputados a tomar protesta, pues un compañero suyo que era diputado había fallecido en un accidente, y sabía ya que tenía orden de aprehensión en su estado. Tarín logró su objetivo, pues mientras permaneció en la guarida, donde pasó la noche y luego desayunó en uno de los restaurantes, sus abogados le tramitaron un amparo.

 Finalmente, burló la acción de la justicia. Tarín será diputado –a menos de que su partido decida prescindir de esa curul– y cuenta ya con el perfil correcto para serlo: es delincuente. El día de ayer apareció una nota en Reforma en la que se menciona que el SAT buscaba a José Murat –exgobernador de Oaxaca– porque no ha presentado la declaración de impuestos de 2014. Murat –que es una suerte de priista total por su gigantesco repertorio de mañas y trapacerías– puso como su domicilio fiscal la dirección de la Cámara de Diputados. 

Por lo tanto, la autoridad no puede dar con él porque como todos sabemos, Murat no vive ahí. Según la nota, el SAT busca a Murat para que también aclare lo de unas propiedades en Estados Unidos cuyo costo rebasa el millón de dólares.

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Lo que hizo Murat es similar a lo que hizo Tarín y a lo que hicieron Encinas y Moreira con Godoy: saben que la Cámara es el palacio de la impunidad. Por eso puso esa dirección, sabe que ahí no le harán nada, que es mejor dar esa dirección que la de Palacio Nacional. Es sintomático de cómo están las cosas en el país, el que los delincuentes corran a refugiarse al lugar en que se hacen las leyes. 

Que un corruptazo como Murat ponga de domicilio fiscal la Cámara es una muestra del cinismo personal del señor, pero también del pensamiento colectivo de esa clase política que concibe la profesión de legislador como la de promotor de la impunidad. Si los legisladores quieren mejorar su imagen deben empezar por eliminar el fuero porque, aunque legislen, siguen siendo ciudadanos. Los fundamentos para el fuero ya no operan en tiempos de transparencia. Y también porque eso les ayudará a mantener algo de vergüenza y sentido del decoro.

Con información de elfinanciero.com.mx

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