Foto de Internet/ Dale me
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Ella no es como las demás chicas. Se distingue del resto por su colorido atuendo, por su falda no convencional, por sus rasgos y facciones, y porque es más chiquita que la mayoría.
Pascuala enfrenta un doble reto: es mujer, y de origen indígena, dos características no muy comunes para quienes estudian Ingeniería en Software, en la que la mayoría son hombres y tienen amplio contacto con la tecnología.
Sin embargo, esto no ha logrado desanimarla, o que quite el dedo del renglón: ella quiere ser ingeniero en Software, y lo va a lograr, pues cursa el primer cuatrimestre de esta carrera.
Las materias que más le gustan son Álgebra lineal, Inglés, es buena para los algoritmos y administración de empresas, su “coco” es Química, que no le gusta tanto, pero considera que es importante capacitarse y estar lista para los retos que le impone el mundo.
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Afortunadamente, para ella la discriminación no ha sido problema, pues ha sabido adaptarse y sus compañeros –y tres únicas compañeras- no la excluyen, ni por su origen, su vestimenta o su lengua materna, el tzotzil; a veces, incluso la felicitan por su forma de vestir.
Y es que se siente orgullosa de ser zinacanteca, por lo que casi diario viste los trajes típicos de su comunidad, tiene como seis.
“A veces lo puedo combinar, la blusa con otro pantalón o otra falda”, cuenta, combinando así lo tradicional con lo moderno.
Ella es la viva muestra de que esta combinación puede ser posible, ya que se muestra siempre orgullosa de sus raíces mientras estudia una carrera futurista, que tendrá muchas aplicaciones para la tecnología en constante cambio y desarrollo, y ella quiere ser parte de ese cambio.
“Primero quiero terminar mis estudios, después trabajar en una empresa diseñando y programando y luego formar mi propia empresa”, nos comparte, pues es fiel creyente de que sí hay oportunidades para las mujeres indígenas en este campo.
Para ella no hay imposibles, y tampoco diferencias, pues se siente y es igual de capaz que cualquiera de ser una gran ingeniero: inteligente, bilingüe (en vías de hablar también el inglés), con una riqueza cultural y tradicional que desarrolla también su creatividad e innovación.
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“En las comunidades indígenas para una mujer es algo complicado estudiar una ingeniería, pero creo que no es imposible lograrlo”, señala.
Pascuala es un ejemplo para todas las mujeres chiapanecas, que a veces tienen miedo a salirse de lo establecido y se conforman con lo que muchos damos por sentado, mientras que ella decidió salir y comerse al mundo diseño a diseño.
Con informacion de denuncialeaks.com