Quick Learning obliga a sus trabajadores a ir a misa y leer la biblia

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Quick Learning obliga a sus trabajadores a ir a misa y leer la biblia
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Foto de Internet/ Dale me gusta si apoyas a Carmen Aristegui

 
La empresa dedicada a la enseñanza del idioma inglés condiciona un bono laboral para que los docentes y directivos asistan a una misa donde los obligan a darle gracias al dios de los cristianos 

 Por Juventino Montelongo

 José tenía 20 años cuando entró a trabajar a Quick Learning para dar clases de inglés.

 De lunes a viernes, se levantaba a las 4 de la mañana para estar en el reloj checador de huella digital a las 6:45. Hábito que mantuvo sólo durante un año.

 En su paso por la empresa dedicada a la enseñanza del idioma inglés notó conductas laborales poco comunes: leer pasajes de la biblia en grupos conformados por maestros, asistir a reuniones mensuales donde daban gracias al dios de los cristianos por las reinscripciones de los alumnos o “encomendarse” a un poder divino ante posibles problemas de salud, en lugar de contar con IMSS. 

 José prefiere mantenerse en el anonimato porque la empresa le hizo firmar una hoja en blanco –nunca le dijeron para qué era– en la cual aseguraba que no tomaría alguna acción legal en contra de la compañía, de lo cual se enteró al renunciar.

 Teme que su declaración vaya a ponerlo en peligro.



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  La firma de una hoja en blanco y lectura de la biblia “Ahora que lo veo en retrospectiva me parece curioso que me hayan preguntado mi religión, no es algo muy común cuando te hacen una entrevista de trabajo”, dijo José en entrevista. 

 La oferta de empleo la conoció gracias a internet, “en ese momento la empresa estaba creciendo en todo México”, le agendaron una entrevista y después de un mes de capacitación entró a trabajar. 

 “Cuando te contratan te hacen firmar una hoja en blanco, totalmente en blanco”, aunque aclara, “tú firmas un contrato y además de eso tienes que firmar una hoja en blanco. Obviamente si no firmas no te contratan”. 

 Ya en la empresa, recuerda que al principio todos los días se tenía que reunir con la directora del plantel, la recepcionista y todos los maestros para “repetir todos los ideales de la empresa. 

Teníamos que repetir de memoria su visión y misión.

 También en esa junta se lee un pasaje de la biblia. Comúnmente nos turnamos para leer, hay un calendario de lo que se tiene que leer cada día”, sin embargo, a los pocos meses cambiaron la dinámica a un día a la semana. 

 El contrato incluye seguro con dios A los maestros, cuenta, los contrataban por honorarios, no como trabajador, “bueno, ni siquiera por honorarios porque no entregabas recibos, era más como ‘socios’, como un tipo de asociación con la empresa. 

Porque de esa manera no te dan prestaciones, y cuando te corren no tienen que liquidarte”. 

 Por si fuera poco, en lugar de IMSS, a los maestros les decían que no les iba a faltar nada porque el dios en el que ellos creen estaba con ellos, “por eso no necesitabas un seguro, porque Dios estaba contigo.

 Eso es lo que te decían”. Ni hablar de contar con Afore, Infonavit o cualquier prestación de ley.

 Ir a la iglesia, requisito para ganar un bono 

 “Esos bonos te los daban por asistir a una clase de misa”, recuerda José, en referencia a los estímulos que daban cada mes por ir a un centro cristiano, ubicado cerca de Coyuya, en Iztacalco.

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Entre sus horarios, los maestros viajaban en grupos a este lugar, ubicado cerca de las oficinas centrales de la empresa, donde también está la Universidad Victoria. Ahí, José y los demás maestros llegaban a un auditorio donde se encontraban las demás escuelas de esta misma empresa.

 “A pesar de no ser obligatorio todos los maestros iban porque no se querían perder el bono, por una hora de cantar alabanzas”. 

 ¿Nadie se iba por cuenta propia? “Más allá de eso todos sabían cómo funcionaban las cosas, o te lo daban a entender. 

Si estabas masticando un chicle, llegaban y te lo quitaban. ¿Qué crees que iban a hacer si te ibas del lugar?”. 

 ¿Por qué seguiste ahí? “

Porque sabía que no iba a quedarme ahí para siempre. Imagínate, estás joven y sólo porque sabes inglés ganas 10 mil pesos. 

Obviamente no te quieres mover de ahí”. Además, José recuerda que más allá de la empre

sa, entre los compañeros había unidad, “los que ya tenían más tiempo que tú te daban tips de cómo poder mejorar tu trabajo”, terminó diciendo José durante la entrevista. 

 “Ese fue mi primer trabajo”. 

 Hasta el momento de la publicación de esta entrevista ninguna autoridad de Quick Learning ha contestado las llamadas en las que se pide la postura oficial de la institución.

Con información de mientrastantoenmexico.mx

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