“Las crisis están creadas para beneficiar a los ricos” Nobel de Economía 2015

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“Las crisis están creadas para beneficiar a los ricos”  Nobel de Economía 2015

Foto de Internet/ Dale me gusta si apoyas a Carmen Aristegui
 
 Este economista es la voz más respetada del mundo en algo mucho más fácil de entender, y más próximo, que la prima de riesgo: cómo va a afectar la crisis al bienestar del ciudadano de a pie. Mientras media europa mira con temor el futuro, nos citamos con el reciente premio fundación bbva para charlar del euro, los recortes y, por qué no, de si de verdad el dinero da la felicidad. Angus Deaton ha sido galardonado con el Premio Nobel de Ciencias Económicas de 2015 por sus trabajos sobre desigualdad. 

Hace apenas tres años, XL Semanal publicaba una entrevista con Deaton en la que exponía sus ideas. En tiempos de crisis, ejércitos enteros de economistas y gurús de las finanzas se afanan en descifrar las claves del déficit, la ciencia detrás de la prima de riesgo o los daños colaterales de las políticas de austeridad. 

Mientras sus colegas se detienen en los grandes números, el economista británico Angus Deaton se ha convertido, desde su cátedra en la Universidad de Princeton (Nueva Jersey), en la voz más respetada del mundo sobre los efectos que la crisis tendrá en algo más sencillo, pero probablemente más importante: el bienestar. Su método no consiste en escudriñar los mercados en busca de respuestas encriptadas, sino en hacer preguntas sencillas: «¿Cómo te va la vida? ¿Experimentaste tristeza o alegría ayer?». De las respuestas nació un estudio, firmado junto al premio Nobel Daniel Kahneman, que en 2010 cifró en 75.00o dólares anuales el salario perfecto para alcanzar la felicidad. 

A partir de esa cifra, cree Deaton, este estado de ánimo no crece de forma exponencial. Dicho de otro modo, por si a alguien le consuela, las astronómicas remuneraciones de ciertos ejecutivos no les hacen mucho más felices, por mucha satisfacción y otras sensaciones positivas que estas les proporcionen. Eminencia mundial en la medición del bienestar y la pobreza, Angus Deaton atendió a XLSemanal en su casa victoriana de Princeton para hablar de la crisis, el futuro del euro, cómo combatir el desempleo y de sí, también la felicidad. 
 

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 XLSemanal. ¿España va a salir del euro?

 Angus Deaton. Los países periféricos, como España y Grecia, estarían en una situación mejor si el euro nunca hubiese existido. Eso no quiere decir que vaya a desaparecer, las consecuencias serían terribles y nadie quiere eso. En Grecia, por ejemplo, la mayoría no quiere abandonar el europorque garantiza cierta estabilidad política, pero al mismo tiempo no quieren que la señora Merkel les diga lo que deben hacer. Por otro lado, es difícil imaginar la zona euro sin España. La pregunta del millón, de la que nadie tiene la respuesta, es si puedes coger un país grande como España y sacarlo del euro sin que el resto se derrumbe. Cualquier intento de romper la moneda única sería muy destructivo y haría parecer lo que está pasando ahora como una fiesta. Podría generar una depresión en toda Europa. 

 XL.Vivimos en la era de la austeridad. ¿Abrocharse el cinturón es la única manera de salir de la crisis? 

 A.D. Mi instinto siempre ha sido estar en contra de la austeridad, pero ya no estoy tan convencido. Cuando era joven y Margaret Thatcher era primera ministra del Reino Unido, su programa de austeridad nos pareció terrible, pero está claro que a largo plazo funcionó. Por un lado, la austeridad está empeorando la situación, pero teniendo en cuenta que países como España o Grecia están encerrados en el euro no sé si hay otra salida. 

 XL.Las medidas de austeridad, en todo caso, no parecen apaciguar a los mercados, más bien al contrario. ¿Por qué? 

 A.D. Es difícil saberlo. Lo que la mayoría de la gente dice sobre el funcionamiento de los mercados no tiene sentido. Decir que la Bolsa ha subido hoy porque ha sucedido tal cosa es un cuento chino. Al día siguiente ocurre lo mismo y se hunde. Y hay buenas razones para que así sea. Si los mercados fueran predecibles, sería más fácil hacerse rico. 

 XL. ¿Hay alguna buena noticia en la situación actual? 

 A.D. Sí, pero a largo plazo. En el futuro se tendrá más cuidado con las soluciones tecnocráticas. En el Reino Unido, y sé que en Francia es igual, los altos funcionarios del Estado son los mejores y los más listos del país. Pero acumulan mucho poder porque, cuando un gobierno se va y entra otro ellos se quedan. En cierta forma, son quienes gobiernan el país. Conozco a muchos porque coincidí con ellos en Cambridge y ahora son todos lord o sir. El problema es que esa gente no es escogida democráticamente y pueden acumular un poder enorme que les permite gestionar el mercado común o construir el euro. La democracia debe estar por delante.

 XL. ¿Poner un tecnócrata al frente del Gobierno, como sucede en Italia, puede ser una solución de emergencia? 

 A.D. Es una situación terrible, pero a veces no hay otra opción. Es irónico, porque los países periféricos, como España o Grecia, estarían en una situación mejor si el euro nunca hubiese existido, pero para ser justos hay que decir que fueron ellos los que más interés, por razones políticas, tenían en entrar en el euro. 

 XL. Liberalizar el mercado laboral y flexibilizar el despido son las recetas que nos venden para salir de la crisis. ¿De verdad se puede combatir así el paro? 

 A.D. La historia nos enseña que a los mercados les gustan ese tipo de medidas porque estimulan el crecimiento. En Estados Unidos es muy fácil despedir a alguien y, como resultado, el mercado laboral produce muchos puestos de trabajo. La pregunta es si es mejor un país cuyas tasas de desempleo oscilan entre el 15 y el 20 por ciento pero en donde los que trabajan tienen un puesto seguro, o un país con un 5 por ciento de paro en el que los trabajos no sean tan seguros. Yo apostaría por el modelo americano. 

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XL. La pregunta del millón: ¿cuándo saldremos de esta? 

 A.D. Históricamente, la salida de las crisis es muy lenta. Y no sé si los legisladores pueden acelerar ese proceso. Por otra parte, habrá una recuperación. El mundo no está derivando a una situación de depresión permanente. Puede que empeore más antes de mejorar, pero hay que ser optimistas. Hemos estado aquí antes, hemos vivido etapas de austeridad y, al de un tiempo, la gente se olvida y el mundo se recupera. En 2016 estaremos mucho mejor y en 2020 la crisis será un episodio histórico más. 

 XL.¿Y volveremos a vivir como vivíamos en 2008? 

 A.D. Eso creo. Aunque desde la II Guerra Mundial el crecimiento en los países ricos ha disminuido década tras década. Cuando yo era pequeño, vivíamos mejor que nuestros padres, mientras que para los jóvenes esa regla ya no se cumple. Lo más preocupante es la distribución entre la clase media, porque ahí es donde ha habido menos crecimiento en los últimos 40 años. Las familias tienen más ingresos porque las mujeres también llevan dinero a casa. Pero ¿qué significa eso? Que las ganancias han crecido, pero trabajamos mucho más para vivir igual. 

 XL. ¿Qué lección deberíamos aprender de esta crisis?

 A.D. Que no podemos dejar que los banqueros se autorregulen. La desregularización de las instituciones financieras que se llevó a cabo durante la era Clinton fue un gran error. Todos pensamos que era una buena idea [se ríe]. Eso ilustra lo poco que sabemos. Larry Summers, el precursor de la abolición de la Ley Glass-Steagall [que separaba las actividades de la banca comercial y la de inversión], es uno de los economistas más respetados y uno de los hombres más inteligentes que conozco. Lo hizo porque, como el 99 por ciento de los economistas, pensó que era lo correcto. Pero estábamos equivocados. 

XL. ¿Quién saldrá ganando de esta crisis? 

 A.D. Las crisis están diseñadas para beneficiar a los ricos ya que gracias a ellas les resulta más fácil reescribir las normas. Por eso, en EE.UU. la reforma educativa no avanza, porque sus hijos van a universidades privadas. Lo mismo con la sanidad. En crisis estas cosas siempre van a peor.

Con información de r-evolucion.es 

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 Es sumamente importante difundir este material,cuando en campaña Peña Nieto prometía que la Reforma Energética traería grandes beneficios para el país.